La vida está compuesta de altas y bajas, de justicia e injusticia, de momentos hermosos que quisiéramos parar el tiempo para que ese momento dure y de momentos que sentimos que el mundo se nos cae encima. Así es la vida y me he dado cuenta de que la vida no se trata de que todo sea perfecto ni de no sufrir. Mas bien, se trata de cómo podemos disfrutar de cada momento y de aprender de las experiencias amargas. Parte de la vida es crecer como persona en cada aspecto y no dejarse derrumbar por las dificultades. Se trata de permitir que cada dolor lo ayude a ser una mejor versión de si mismo. De cada persona, ya sea alguien que lo quiere o que le ha hecho daño, uno aprende de esa persona a ser mejor, no peor. Es mas, lo peor que uno puede hacerse a si mismo cuando alguien nos ha hecho daño es dejarse derrumbar o acomplejar. Es una de las injusticias más grande que uno se puede hacer a si mismo. Cada experiencia amarga o persona que nos hace daño es una oportunidad de credimiento y mejoría. ¿Sabía usted que las perlas vienen de las ostras? Las ostras para sobrevivir, tienen que mantener su concha abierta, a pesar de que se expone a cosas que lo puede irritar. Algo que irrita mucho a una ostra es la arena. Para lidiar con esa arena que lo irrita tanto, la ostra crea una especie de capa protectora lo cual forma una perla. Como puede ver, si no hubiese sido por esa arena que tanto lo irrita, la ostra no hubiera hecho algo tán hermoso como una perla.
Tenemos mucho que aprender de la naturaleza. Tenemos que ser como la ostra, abiertos y cuando algo nos duele o nos irrita, haz de eso una cosa hermosa. La vida es preciosa, la vida es mágica, la vida es lo que usted quere que sea. Uno tiene que aprender a vivir y apreciar este mismo momento e ir más allá de el dolor y la tristeza. Sólo así logramos vivir una vida plena y al máximo. Lo desafio a usted a ir más allá de su dolor y su tristeza. ¿Qué va hacer en este momento para vivir la vida al máximo?
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